¿CUÁNDO SOSPECHAR QUE UN TRABAJADOR SE DROGA O ALCOHOLIZA?

 

Por la Lic. Maia Trajtenberg.

Consultora Prevenir.

 

La empresa es uno de los escenarios donde las consecuencias de la problemática de las drogas y el alcohol se hacen patentes.

Detectar los síntomas del consumo de alcohol y/o drogas es lo que habilita aplicar los test de control y/o separar a los empleados de su tarea sin importar su categoría. Según lo que prevé el nuevo decreto 128/016 es aplicable a los trabajadores que, al ingreso o durante la jornada de trabajo, presenten indicadores conductuales que evidencien que no se encuentran en condiciones de desempeñar su labor y que esto pudiera corresponderse con el efecto del consumo de drogas.

¿Pero cuáles son esos indicadores conductuales?

Cabe mencionar como eje principal, los posibles indicadores que pueden sugerir que alguien presente problemas de consumo es decir características observables no necesariamente determinantes son;  el ausentismo no justificado, la disminución del rendimiento laboral habitual, mostrarse retraído, aislado o poco participativo, relaciones conflictivas con los jefes y compañeros, cambios bruscos en el estado de ánimo que van de la euforia a la depresión sin motivos aparentes, comete errores frecuentes en su trabajo sin justificación aparente, tiene dificultades para concentrarse en su trabajo y se ve implicado en accidentes no justificables por otras causas. De sus manifestaciones se desprende que está consumiendo de forma abusiva alcohol u otras drogas (episodios, información recibida de familiares o compañeros).

Un factor determinante de las manifestaciones clínicas es la dosis (por la concentración en sangre) y de la historia del consumo (por la tolerancia al mismo), además de si es consumidor crónico.

Veamos cuáles son esos indicadores conductuales de consumo según de qué droga se trate:

Alcohol: Las manifestaciones clínicas que se observan frente a consumo progresivo serán acaloramiento, enrojecimiento de la piel, desinhibición conductual con euforia, verborragia, disartria, visión doble, marcha tambaleante, alteraciones en la coordinación, disminución de los reflejos, perdida de la memoria y comprensión, dificultades en mantenerse de pie, náuseas, vómitos e incontinencia esfinteriana y depresión neuropsíquica.

Marihuana: Los efectos incluyen perdida del interés por el entorno laboral, tanto por las metas, como por los compañeros. Los síntomas que se pueden objetivar luego del consumo son: congestión conjuntival (ojos rojos), garganta y boca seca, sed, euforia, palpitaciones, incremento del pulso, aumento de la presión arterial, pérdida de memoria, dificultad de resolución de problemas, se afecta la capacidad de pensar y aumento del apetito.

Cocaína: En los casos de consumo de cocaína los efectos que se pueden percibir son pupilas dilatadas, euforia, ansiedad, tendencia a hablar mucho y rápido, disminución del apetito, aumento de la temperatura, incremento de la frecuencia cardíaca percibido por palpitaciones y aumento del pulso e hipertensión arterial.

Si el consumo fue mayor se pueden presentar episodios de agresividad, excitación, inquietud, irritabilidad, temblores y vértigo.

En algunas personas se puede observar tras el consumo, dolor torácico por vaso espasmo coronario (constricción arterial) que puede ocasionar infarto de miocardio y trastornos del ritmo cardíaco e hipertensión arterial severa con accidente vascular encefálico (derrame o isquemia cerebral).

Metanfetaminas: En caso de consumo de metanfetaminas los síntomas que se pueden ver son pupilas dilatadas, euforia, excitación, ansiedad, pierden el apetito y no duermen por varios días, adelgazan, aumenta la temperatura corporal con sudoración profusa, sed intensa, adelgazamiento (aparecen demacrados), trastornos del ritmo cardiaco con palpitaciones pulso irregular. Incluso las alteraciones del humor pueden actuar de manera violenta y agresiva, con episodios de agresividad y excitación, inquietud, irritabilidad, temblores, vértigo.

Quizás lo anterior nos es útil a todos los profesionales de la gestión humana, pero un mando medio y/o gerente, que no tuvo la oportunidad de concurrir a un taller de la Consultora Prevenir, ¿cómo podrá detectar los referidos indicadores y actuar en consecuencia?

Para responder, nos retrotraemos a la historia del decreto en cuestión. Durante 2015, al negociarse en el seno del Consejo Nacional de Salud y Seguridad en el Trabajo la redacción del decreto 128/016, las Cámaras empresariales lograron que se agregara al art. 7 la palabra evidente, de manera que la referida norma tiene la siguiente redacción:“Los trabajadores que, al ingreso o durante la jornada de trabajo, presenten indicadores conductuales que hagan evidente no encontrarse en condiciones de desempeñar su labor y que pudieran corresponderse a efectos del consume…”

Si nos llama la atención cierto comportamiento indicador, es debido a lo evidente de la situación. Al mismo tiempo, por ser algo evidente, se pluraliza la situación garantizando para quien actúa, no ser acusado de conductas persecutoria y/o discriminadoras.

La actitud de aproximación frente a estos efectos es desde la empatía, el sentido común y la responsabilidad, sin hacer juicio de valor, interesarse por la situación, permitir que la persona pueda expresar, no guiando nuestro acercamiento frente a lo que queremos oír, evitar el pulso verbal: a ver quién convence a quien… puede darse que el trabajador se acerque por su propia voluntad reconociendo su problema y solicitando ayuda o lo más común que suceda es que otra persona intervenga en la situación.  Los momentos para intervenir pueden ser: en los exámenes de ingresos sobre todo para puestos con riesgos importantes, luego de un accidente de trabajo, luego de un tratamiento o en forma aleatoria y en todos los niveles, dado que se trata de una alarma permanente.

 

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